sábado, 5 de junio de 2010

6 Las pruebas de la mayordomía - Lado a Lado

Lado a Lado: un modelo de las pruebas de la mayordomía

En las publicaciones anteriores estudiamos tres casos de las pruebas de la mayordomía. De estos casos, puede derivé un modelo, al que he denominado “Lado a Lado”, pues se puede observar que siempre hay dos elementos involucrados, puestos lado a lado.

Adán y Eva
Para la prueba de Adán y Eva, Dios plantó dos árboles en el centro del jardín: el árbol de la vida y el árbol del conocimiento del bien y del mal.


Aunque el árbol del conocimiento del bien y del mal les estaba prohibido, al árbol de la vida ellos tenían libre acceso y podían disfrutar de su fruto. El primero era la prueba, sin lugar a dudas, pero ¿has pensado en qué representa el árbol de la vida? “Para que todo el que crea en él tenga vida eterna” (S. Juan 3:15). “Ciertamente les aseguro que el que cree tiene vida eterna” (S. Juan 6:47). “Y ésta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien tú has enviado” (S. Juan 17:3).

Lado a Lado
Adán y Eva
Árbol del conocimiento
del bien y del mal
Árbol de la vida
Prueba
Jesús
û Obediencia
ü Fe

Una primera conclusión que se obtiene al observar el modelo es que, al lado de la prueba está el Señor Jesús. Adán y Eva NO aprobaron la prueba de la obediencia. Aunque antes habían tenido acceso al árbol de la vida, tuvieron que abandonar el jardín del Edén y quedaron sujetos a la muerte.

Este principio es presentado en las siguientes palabras: “Pues como el cuerpo sin el espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta” (Santiago 2:26).

Caín y Abel
Para la prueba de Caín y Abel, Dios estableció una ofrenda compuesta por dos elementos: el cordero (animal) y el fruto de la tierra (cereal y aceite).

Sabemos que el Cordero representa al Señor Jesús, quien da la vida, mediante la fe: “Al día siguiente Juan vio a Jesús que se acercaba a él, y dijo: ¡Aquí tienen al Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo!” (S. Juan 1:29). “Gritaban a gran voz: «¡La salvación viene de nuestro Dios, que está sentado en el trono, y del Cordero!»” (Apocalipsis 7:10). “Luego el ángel me mostró un río de agua de vida, claro como el cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero,” (Apocalipsis 22:1).

Lado a Lado
Caín
Cereal
Cordero
Prueba
Jesús
ü Obediencia
û Fe

Caín obedeció parcialmente, pues su “obediencia” no fue fruto de la fe. La obediencia que resulta del ejercicio de la fe es la única adoración que acepta Dios. Una obediencia apartada de la fe, es rechazada. Es Cristo viviendo en mí el que produce las “buenas obras”.

“¿Qué concluiremos? Pues que los gentiles, que no buscaban la justicia, la han alcanzado. Me refiero a la justicia que es por la fe. En cambio Israel, que iba en busca de una ley que le diera justicia, no ha alcanzado esa justicia. ¿Por qué no? Porque no la buscaron mediante la fe sino mediante las obras, como si fuera posible alcanzarla así. Por eso tropezaron con la «piedra de tropiezo»” (Romanos 9:30-32).

Lado a Lado
Abel
Cereal
Cordero
Prueba
Jesús
ü Obediencia
ü Fe

Por otro lado, la obediencia de Abel fue aceptada. Era el resultado de su fe en Cristo, simbolizado por el Cordero que ofreció en sacrificio.

Tú y Yo
Para probar nuestra mayordomía de los recursos económicos, Dios ha establecido el diezmo y las ofrendas voluntarias. El diezmo se constituye en la prueba de obediencia y la ofrenda, representa la fe en Jesús, quien se ofreció a sí mismo para salvarnos.

Lado a Lado
Tú y yo
Diezmo
Ofrenda
Prueba
Jesús
Obediencia
Fe

En este caso no puedo ponerle palomita (ü) o tacha (û), pues la prueba no ha concluido. Ahora mismo estamos a prueba, y cada uno de nosotros tiene que decidir cómo la aprobará o reprobará. Pero tú, amigo(a), sí sabes cómo calificarte.

Con este modelo se pueden observar cuatro clases de personas entre los profesos mayordomos cristianos.

(1) NO diezman, NO dan ofrendas

No sé ni qué decir… han fallado en la prueba totalmente.

(2) NO diezman, SI dan ofrenda

Los que no diezman, pero sí dan ofrenda están fallando la prueba, como la fallaron Adán y Eva. Piensan que tienen fe, pero su falta de obediencia al mandato divino revela lo contrario. Su fe, sin su obediencia es muerta.

(3) SÍ diezman, NO dan ofrenda

Los que sí diezman, pero no dan ofrenda están fallando la prueba, como la falló Caín. Piensan que con su obediencia, sin la fe, agrada a Dios. De alguna manera, su actuar revela que esperan “ganar” la vida eterna. Su experiencia se tornará amarga cuando descubran que “todos nuestros actos de justicia son como trapos de inmundicia” delante de Dios (véase Isaías 64:6).

El llamado

No es mi intención señalar o juzgar a alguien en particular. Tan sólo presentar la invitación de Dios para probarnos y que cada quien conozca cuál es su situación como mayordomo.

“Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo” (1 Juan 2:1).

La prueba no está concluida. Ahora mismo puedes saber si es necesario que suceda un cambio en tu experiencia. Si has descubierto que te encuentras en alguno de estos casos, acércate a Dios en este momento, “porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad” (Filipenses 2:13).

El Señor Jesús te invita: “Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro” (Hebreos 4:16).

(3) SÍ diezman, SÍ dan ofrenda

Los que sí diezman, y también dan su ofrenda están aprobando la prueba, como la aprobó Abel. No creen en agradar a Dios mediante su obediencia, sino que su obediencia revela su fe en Cristo Jesús.

Acércate tú también… pidámosle que nos mantenga fieles hasta la muerte y nos dé la corona de la vida (Apocalipsis 2:10).


Todavía no hemos terminado. Agradezco que dejes tus comentarios a continuación y estés al pendiente de la próxima entrega. En la columna derecha podrás escribir tu e-mail para recibir las actualizaciones a este blog.

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