sábado, 22 de mayo de 2010

4 Las pruebas de la mayordomía - Caín y Abel

Caín y Abel probados


“Estos hermanos fueron probados, como lo había sido Adán antes que ellos, para comprobar si habrían de creer y obedecer las palabras de Dios” (Patriarcas y Profetas, página 58)

Este pensamiento revela que la prueba de la mayordomía de Caín y Abel tenía el mismo propósito que la prueba de la mayordomía a la cual fueron sometidos Adán y Eva. Eran pruebas que revelaban la relación entre la mayordomía, la fe (creer) y las obras (obedecer).

Las circunstancias habían cambiado, Caín y Abel no tenían acceso al árbol de la vida, pero tampoco al árbol del conocimiento del bien y del mal. Por esta razón, la prueba debía cambiar de forma, pero no de fondo. Todavía es necesario que el ser humano pueda probar su fidelidad como mayordomo.

Caín y Abel eran dos jóvenes adultos. “Abel se dedicó a pastorear ovejas, mientras que Caín se dedicó a trabajar la tierra” (Génesis 4:2). Siendo que la mayoría de nosotros conoce la historia, me atrevo a preguntar: ¿En qué consistió la ofrenda de Caín? Anota tu respuesta aquí _______________________________________________.

Muchas personas ante esta pregunta, tienden a responder con interpretaciones: “lo que él quiso”, “lo que le sobraba”, “no hizo lo que Dios le pidió.”

Pero me gusta la idea de aterrizar el asunto. Primero, ¿qué sabes?, después abordaremos el ¿cómo lo interpretas? Si todavía no has escrito algo en la línea, te invito a que lo hagas antes de continuar leyendo. Es muy importante.

Ante mi insistencia, muchos contestan que Caín trajo frutas. Si crees que esa es la respuesta correcta, ahora te pido que uses un poco tu imaginación y escribas qué frutas te imaginas que habrá traído. _______________________________________________

La gran mayoría de las personas mencionan las manzanas, peras, uvas, calabazas, naranjas, tomates, etc. ¿estás de acuerdo?

La siguiente pregunta es: ¿En qué consistió la ofrenda de Caín? Anota tu respuesta aquí ______________________________________________.

Por favor, anota lo que sabes, sin interpretaciones. Porque muchos responden “lo que Dios pidió”, “lo mejor que tenía”, o cosas similares. Anímate a responder algo concreto.

Si escribiste un cordero, has coincidido con la mayoría de las personas a quienes he preguntado personalmente al impartir este seminario. Aunque lamento informar que la verdad no se determina por votación u opinión de la mayoría.

Patriarcas y Profetas, página 58 dice respecto de Caín y Abel algo que llamó mi atención: “Conocían el medio provisto para salvar al hombre, y entendían el sistema de ofrendas que Dios había ordenado.” Dos palabras resaltan: conocían y entendían.

Las respuestas más populares no son las correctas porque, desafortunadamente, muchos no conocen y otros no entienden bien el sistema de ofrendas que Dios había ordenado. Parte de este desconocimiento proviene del hecho de que no podemos encontrar en el libro de Génesis las instrucciones sobre este sistema.

Pero el hecho de no encontrar la descripción del sistema de ofrendas en Génesis, no significa que las personas que vivieron en esta época no lo conocieran y entendieran. Tan sólo significa que se escribió en una fecha posterior. De hecho, en esa época no se había comenzado a escribir la Biblia. Todo lo sabían por la tradición oral de padres a hijos.

Permíteme presentar un ejemplo de este razonamiento. En Génesis 7:2 dice lo siguiente: “De todos los animales puros, lleva siete machos y siete hembras, pero de los impuros, sólo un macho y una hembra.” Esta es la orden que recibió Noé para ingresar a los animales al arca. Note que Dios los clasifica en puros e impuros. La pregunta es ¿dónde se dice en Génesis cómo distinguir los animales puros de los impuros? Y si no se dice en Génesis, ¿cómo supo Noé clasificarlos?

La respuesta es simple: Noé conocía esta clasificación, pero se registró por escrito hasta cuando el pueblo de Israel estaba en el desierto. Está en Levítico capítulo 11.

De manera similar, el sistema de ofrendas que Caín y Abel conocían y entendían se registró hasta la época del peregrinar por el desierto. Está descrito en el libro de los Números capítulo 15:1-4: “El Señor le ordenó a Moisés que les dijera a los israelitas: «Después de que hayan entrado en la tierra que les doy para que la habiten, tal vez alguno quiera ofrecerle al Señor una vaca o una oveja... como holocausto... Para que esa ofrenda sea un aroma grato al Señor, el que presente su ofrenda deberá añadirle, como ofrenda de cereal, dos kilos de flor de harina mezclada con un litro de aceite.”

Para que sea un aroma grato al Señor, la ofrenda debía constar de dos elementos:
  •  La víctima (el animal: vaca u oveja)
  • El cereal y el aceite (fruto de la tierra)

La ofrenda de Caín
Volvamos a la historia de Caín y Abel. ¿En qué consistió la ofrenda de Caín? “Tiempo después, Caín presentó al Señor una ofrenda del fruto de la tierra” (Génesis 4:3). Realmente no dice frutas, aunque las frutas son también el fruto de la tierra. Pero en el contexto del sistema de ofrendas establecido por Dios, concluyo que se trató del cereal. Caín sólo trajo el cereal.

La ofrenda de Abel
En qué consistió la ofrenda de Abel. “Abel también presentó al Señor lo mejor de su rebaño, es decir, los primogénitos con su grasa” (Génesis 4:4).

El adverbio también es clave para comprender este versículo. El Diccionario de la Lengua Española lo define así: “(1) Se usa para afirmar la igualdad, semejanza, conformidad o relación de una cosa con otra; (2) además.”

Esta palabra establece una relación entre dos cosas. Podría estar relacionando a Caín con Abel, pero para entenderlo así tendría que decir: “También Abel”. Pero en cambio, dice “Abel también presentó al Señor”. Es decir, lo que relaciona es lo que presentó Abel con lo que presentó Caín. Pero no olvide que significa “Además”. Así pues, Abel presentó lo que trajo Caín, el fruto de la tierra, y ADEMÁS trajo lo mejor de sus rebaños, el cordero.

Aunque interesante este hecho, este pasaje no fue escrito originalmente en español, sino en hebreo. Podría tratarse de un efecto de la traducción. Así que también hay que investigarlo en hebreo.

La palabra hebrea traducida como también es גַּם (gam) que se puede traducir como ambos, así se confirma que Abel debió traer ambas cosas: el fruto de la tierra y el cordero.

Patriarcas y Profetas continúa diciendo: “ellos habían de mostrar su fe en la sangre de Cristo como la expiación prometida ofreciendo en sacrificio las primicias del ganado. Además de esto, debían presentar al Señor los primeros frutos de la tierra, como ofrenda de agradecimiento.” Es decir, ambos debían ofrecer un sacrificio del ganado y ambos debían presentar al Señor los frutos de la tierra.

La diferencia en las ofrendas
¿Cuál fue la diferencia entre las ofrendas de Caín y Abel? Por muchos años me hice la pregunta: “Si Dios pidió cordero, ¿de dónde sacó Caín la idea de traer naranjas y peras y uvas?” ¿Por qué la cambió?

Caín
Abel
Cereal
Cereal
+ Cordero
Incompleta
Completa

Ahora comprendo que Caín no se cambió la ofrenda, sino que Caín presentó una ofrenda incompleta, mientras que Abel presentó una ofrenda completa. “Caín obedeció al construir el altar, obedeció al traer una ofrenda; pero rindió una obediencia sólo parcial” (Patriarcas y Profetas, página 59).

Caín: prueba no superada   Abel: prueba superada
Las ofrendas de Caín y Abel eran actos de adoración. Daba la apariencia de que ambos adoraban a Dios, pues ambos levantaron sus altares de manera similar y ambos colocaron algo sobre el altar. Sin embargo, al obedecer íntegramente la voluntad de Dios se reveló la fe y la fidelidad de Abel. Mientras que la obediencia parcial de Caín, equivalente a la desobediencia, reveló su falta de fe y fidelidad hacia Dios.

Desgraciadamente, Caín no comprendió aquello que la prueba le estaba revelando. En lugar de pedir perdón a Dios y corregir el rumbo que tomaba su vida, se enojó contra su hermano y contra Dios llegando al extremo de matar a Abel.

La confirmación final está en el hecho de que “el Señor miró con agrado a Abel y a su ofrenda, pero no miró así a Caín ni a su ofrenda” (Génesis 4:4).


Todavía no hemos terminado. Agradezco que dejes tus comentarios a continuación y estés al pendiente de la próxima entrega. En la columna derecha podrás escribir tu e-mail para recibir las actualizaciones a este blog.

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